El proyecto Activa2 y Ocupa2 cumplirá muy pronto un año y, por este motivo queremos compartir con todos vosotros los resultados más significativos y algunos testimonios e historias personales que dan sentido al trabajo que hemos realizado.
Activa2 y Ocuda2 es un proyecto orientado a aumentar la participación de las personas con discapacidad intelectual con más necesidades de apoyo de la Fundación. Este proyecto cuenta con la colaboración de Fundación ”La Caixa” a través de su Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales.
Cuando nos referimos a aumentar la participación de las personas con discapacidad intelectual nos abarcamos el significado más completo de esta afirmación. Nos referimos a que las personas con discapacidad intelectual con grandes necesidades de apoyo sean ciudadanos de pleno derecho, formen parte de la comunidad y sean los protagonistas de sus propias vidas. De esta manera, este proyecto pone el foco en algunos aspectos importantes: Autonomía personal, accesibilidad de espacios, empleo y vida en comunidad.
Comenzamos este camino identificando a todas las personas con grandes necesidades de apoyo de la Fundación. En este trabajo de indagación identificamos a 160 personas con grandes necesidades de apoyo, lo que supone un 33,3% sobre el total de las personas con discapacidad intelectual que forman parte de la Fundación (480 personas).
El primer escalón para garantizar una participación real de las personas con grandes necesidades de apoyo es la autonomía personal. Y lo abordamos desde las tareas que realiza cualquier persona en su vida cotidiana como comer, asearse o vestirse solo o con el menor apoyo posible. Y lo hemos hecho mediante la aplicación de la metodología de Apoyo Activo. Dado que esta metodología requiere la participación y trabajo conjunto entre profesionales y familias, se han realizado 25 horas de formación en Apoyo Activo a un total de 20 trabajadores de atención directa y a 12 familias.
Amparo Martínez es la madre de Teresa, una de las personas con grandes necesidades de apoyo que forman parte de este proyecto, y ha sido una de las 12 familias que se han formado en esta metodología:
“Me he dado cuenta de que mi hija podría participar en muchas actividades mucho más de lo que lo hace. En muchas ocasiones impedimos o evitamos (su participación) al no dedicar el tiempo suficiente y no tener la paciencia y constancia necesarias.”
“Tenemos que dejar de ser solo cuidadores para ser acompañantes en los cuidados. Esto requiere mucha constancia, paciencia y ayuda. Es un camino largo”
“Creo que los problemas de conducta que presenta mi hija en muchas ocasiones se podrían evitar haciendo que participe en una actividad, eludiendo así los tiempos de espera en los que la conducta se origina, y además para ella supondría una mejora considerable de su autoestima”.
Durante la ejecución de este proyecto 60 personas con grandes necesidades de apoyo han experimentado cambios significativos.
Alfonso Cerezuela, responsable del proyecto Activa2 y Ocupa2, comparte algunos ejemplos del impacto de esta metodología en las personas con discapacidad intelectual y en sus familias:
“Carlos usa silla de ruedas en su día a día. Es su manera de desplazarse de un sitio a otro ya que tiene dificultades en el movimiento tanto en las piernas como en los brazos.
Antes de trabajar la autonomía con la silla de ruedas, Carlos dependía siempre de la presencia de un profesional para ir de un sitio a otro y pasar de la silla de ruedas a la del comedor, al cuarto de baño, a la de la sala de trabajo,…
Hoy Carlos es capaz de frenar su silla y de hacer la transferencia, es decir, pasar de una silla a la otra sin ayuda, ni supervisión. Ahora Carlos suele ir acompañado de sus amigos y no necesariamente de un profesional. En la actualidad Carlos no es solamente más autónomo, sino que esta autonomía le ha permitido socializar y compartir más y mejores momentos con sus compañeros”.
Para Lidia y su familia la llegada de este proyecto también ha supuesto un punto de inflexión en su calidad de vida:
“Cuando Lidia llegó al Centro de Día la hora de la comida suponía un foco de estrés para ella, para sus compañeros y para los profesionales, aun siendo este uno de sus momentos favoritos del día.
Debido a esto, se priorizó trabajar con Lidia alrededor de esta rutina, por lo que se realizaron numerosas observaciones y adaptaciones. Todas en ellas han contado con la debida coordinación y cooperación de la familia.
El resultado de este trabajo es que Lidia, actualmente, no solo come de manera totalmente autónoma, sino que comparte mesa en el comedor con sus compañeros y compañeras, y con su familia cuando come en casa”.
La autonomía personal es solo una parte de este ambicioso proyecto. Para que una persona sea protagonista de su propia vida, debe poder tener la posibilidad de poder moverse en la comunidad con total seguridad y para ello es necesario contar con espacios accesibles.
El empleo también es una cuestión importante para garantizar el desarrollo vital de las personas con grandes necesidades de apoyo como ciudadanos de pleno derecho. Estos dos aspectos son los que han motivado la contratación de 15 personas con grandes necesidades de apoyo como validadores de pictogramas.
Esta apuesta por el empleo de las personas con discapacidad intelectual con grandes necesidades de apoyo supone un gran impacto para ellas y para sus familias. Isabel y Juan Carlos, son los padres de Carlos, una de las personas contratadas como validador de pictogramas en este proyecto:
“La contratación de Carlos ha supuesto para nosotros un subidón de energía. Hemos visto a Carlos ir al trabajo con alegría, con la autoestima alta y sintiéndose útil. En esos momentos, era igual que su hermano (un referente para él) que trabaja y cobra por ello. Se ha sentido como lo que realmente es: un adulto de 31 años que puede permitirse invitar a su familia a un refresco”.
La accesibilidad de los espacios es precisamente el reto que han asumido las personas contratadas, determinando qué pictogramas son los más adecuados para cada situación. Alejandro Saez, trabajador de la Fundación y miembro del equipo del proyecto, nos lo explica con más detalle en qué ha consistido esta tarea:
“Un pictograma deja de ser accesible si la persona no lo entiende o es confuso para ella. Los pictogramas deben ayudar a centrar la atención y también ser sencillos, coherentes y claros. Muchas veces no le damos el valor suficiente a los pictogramas y en realidad, si lo tienen”.
“Haber podido formar parte de este proyecto y trabajar mano a mano con las personas con discapacidad intelectual para hacer un entorno más accesible cognitivamente, ha sido una gran oportunidad para mí”.
Además, 4 de las 15 personas contratadas, también se han encargado de analizar la accesibilidad cognitiva y funcional de algunos espacios de la comunidad, como la Biblioteca Municipal de Majadahonda Francisco Umbral y la Residencia de mayores de Majadahonda “Valle de la Oliva” de Grupo Albertia. Las sedes de la Fundación (en Pozuelo y San Sebastián de los Reyes) también han sido evaluadas por este equipo de personas.
Salir de la Fundación y relacionarse con otras personas con y sin discapacidad también es un aspecto importante de este proyecto y, por eso se ha prestado especial atención al uso de los servicios que ofrece la comunidad por parte de las personas con grandes necesidades de apoyo. En este aspecto, 4 personas disfrutan de sus aficiones haciendo un uso regular de algunos de estos servicios. 2 personas acuden semanalmente a un coro y otras 2 cuidan su salud acudiendo al gimnasio.
Una vez más, queremos dar las gracias a Fundación ”La Caixa” por ayudarnos a hacer realidad este proyecto tan necesario.
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